El concept-car BMW Z4 Coupé

Indice: Estreno mundial del concept-car BMW Z4 Coupé
(versión resumida) Estreno mundial en el Salón del
Automóvil IAA 2005: Concept-car BMW Z4 Coupé
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concept-car BMW Z4 Coupé. BMW estrena mundialmente un coche
cargado de emociones en el Salón Internacional del
Automóvil de Francfort. El concept-car BMW Z4 Coupé
expresa, como ningún otro coche expuesto en el salón, el
lema del Salón del Automóvil más grande del mundo:
La fascinación del automóvil. Con él, la marca crea
una nueva tendencia en términos estilísticos,
conceptuales y técnicos. Con sus extraordinarias cualidades,
este estudio automovilístico alberga los valores clásicos
que distinguen a la marca BMW. Y considerando el creciente mercado de
coches deportivos selectos y de carácter propio, no resulta
más que lógico fabricar en serie un coupé
deportivo biplaza capaz de despertar grandes emociones. Prestaciones
de un coche deportivo de pura sangre. La acentuación del largo
morro, el habitáculo desplazado hacia detrás y los cortos
voladizos delante y detrás, visualizan de modo impresionante los
clásicos atributos de BMW: debajo del capó se encuentra un
motor de seis cilindros en línea montado longitudinalmente que
transmite su potencia al eje posterior para obtener un máximo
nivel de dinamismo. Junto con la gran distancia entre ejes y un centro
de gravedad desplazado ópticamente hacia la parte posterior,
este coupé da la impresión de querer lanzarse a correr,
aunque esté aparcado. El concept-car lleva el nuevo motor de
seis cilindros en línea de 3.000 cc y 195 kW/265 CV con par
máximo de 315 Nm. Cabe suponer que es capaz de parar el crono
transcurridos aproximadamente 5,7 segundos al acelerar de 0 a 100 km/h y
su ímpetu sólo termina a los 250 km/h, la velocidad
máxima con corte electrónico prevista por BMW para todos
sus coches fabricados de serie. El coupé está equipado de
los sistemas de regulación del chasis más modernos, lleva
la servodirección electrónica (EPS) y, además, un
sistema de frenos de alto rendimiento, con lo que la potencia se puede
aprovechar y controlar de modo óptimo. La gran rigidez de la
carrocería garantiza un dinamismo de conducción perfecto
y, al mismo tiempo, consigue que la seguridad en caso de choques sea
superior a lo usual en coches deportivos.