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BMW 750hL: El primer auto a hidrógeno del mundo fabricado en serie
Thu Jun 01 12:00:00 CEST 2000 Comunicado de prensa
Con un motor de doce cilindros propulsado con hidrógeno y una potencia de 150 kW/204 HP, BMW acaba de lanzar el primer auto a hidrógeno del mundo fabricado en serie: el BMW 750hL.
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Jan Larsson
BMW Group
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Autor.
Jan Larsson
BMW Group
Munich. Con el lanzamiento del BMW 750hL, fue presentado el 11 de mayo
en Berlín el primer auto a hidrógeno del mundo fabricado
en serie. En la ocasión, el Dr. Burkhard Göschel, director
de Desarrollo del grupo BMW, expresó: "Nuestra idea es que,
para el 11 de mayo del año 2005, junto a cada establecimiento de
BMW Group en Alemania haya a disposición una estación de
servicio para la carga de hidrógeno." La flota de 15
vehículos están circulando cotidianamente tanto en
Hannover como en Munich. El motor de doce cilindros propulsado con
hidrógeno tiene una potencia de 150 kW/204 HP, acelera de 0 a
100 km/h en 9,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 226
km/h. Gracias a su tanque criogénico de 140 litros, este modelo
de la Serie 7 totalmente equipado posee un alcance adicional de 350
kilómetros. A ello se le agrega una alimentación
convencional a nafta, que -en virtud de la aún incompleta red de
suministro con hidrógeno- permanece invariable a bordo. No hay
que olvidad que las berlinas a ser utilizadas en Hannover deben viajar
desde Munich por sus propios medios. Por lo tanto, el motor solo
muestra una diferencia sustancial en lo que respecta a la
sección de aspiración, que tiene válvulas
inyectoras adicionales para el hidrógeno. La fabricación
del modelo propulsado a hidrógeno de la Serie 7 fue plenamente
integrada en el proceso normal de producción. De este modo, los
motores de doce cilindros se incorporaron a la planta de Dingolfing y
se construyen junto a los motores tradicionales de carburador y Diesel.
Seguridad al nivel de los actuales vehículos a nafta El
hidrógeno se mantiene en forma criogénica (ultracongelado
y líquido), a una temperatura de -253 grados centígrados,
dentro de un tanque de acero de pared doble que se ubica detrás
del respaldo trasero. En caso de haber una sobrepresión
excesiva, dos válvulas de seguridad garantizan una
ventilación controlada. Estas piezas también forman parte
de un concepto integral de seguridad, probado en numerosos tests de
choque. Incluso en los accidentes sumamente violentos, donde el tanque
se ve afectado en su área protegida, el cilindro de acero (con
doble cubierta de 2 mm) no pierde su absoluta estanqueidad. Las
deformaciones más pronunciadas en el vehículo, aquellas
que casi no dejan chance alguna de supervivencia a sus ocupantes,
pueden provocar fugas en el tanque, aunque el mismo no habrá de
explotar: para ello debería producirse una mezcla de
hidrógeno y aire, pero el aire es incapaz de penetrar en el
tanque debido a la mayor presión interna del hidrógeno.
Primera serie de autos con pila de combustible Las berlinas
propulsadas por hidrógeno disponen de pilas de combustible para
suministro de la energía necesaria a todo el sistema
eléctrico, siendo estas las primeras unidades fabricadas en
serie que presentan tales características en el mundo. Esta
"batería electroquímica" adopta la
función que mejor puede cumplir: genera corriente con un alto
rendimiento (hasta el 50 %). En este modelo de la Serie 7 propulsado a
hidrógeno, la compacta pila ocupa el espacio de una
batería de aleación convencional, aunque la unidad de
cinco kilovatios la supera claramente en cuanto a prestaciones y
durabilidad. La también llamada Unidad Auxiliar de Potencia
(APU) no solo suministra la energía necesaria a todo el sistema
eléctrico, sino que además permite nuevas posibilidades:
un ejemplo es el climatizador independiente que proporciona aire
frío o caliente incluso con el motor apagado. Servicio del
futuro: radiocontrol permanente Al igual que los autos de
Fórmula 1, todas las unidades 750hL se encuentran conectadas por
radio durante las 24 horas a las computadoras del Taller de Desarrollo
de Munich. Esto permite efectuar un control permanente de todos los
sistemas y reaccionar de inmediato ante la más pequeña
anomalía. No solo se transmiten y chequean los valores
correspondientes al suministro de hidrógeno, sino también
todos los datos administrados por un sistema de bus estándar
incluido en este Serie 7. "Si algo no está en orden, el
conductor informa de inmediato al Taller", explica Klaus Pehr,
ingeniero responsable de los vehículos a hidrógeno en
BMW. Los conocimientos adquiridos se vuelcan hacia un continuo
mejoramiento de la moderna flota. Merced a un plan rotativo de
aplicación para el ecológico Serie 7, queda asegurada una
rápida actualización del estado de todas las unidades.
Tras la finalización de la Exposición Mundial de
Hannover, el 31 de octubre, el nivel alcanzado será presentado en
el marco de un nueva presentación de los vehículos. Ya
durante esta etapa de desarrollo, el sistema de radiocontrol ha
demostrado ser de gran utilidad. El control vehicular en Hannover, que
hasta ahora debía funcionar durante toda la noche, puede
reducirse a una breve tarea de verificación en la empresa,
básicamente para calibrar los sensores. Allí las unidades
750hL también se cargan con hidrógeno desde un
"contenedor criogénico móvil". Motores a
hidrógeno: mezclas pobres para evitar emisiones Desde finales de
la década del '70, BMW ha venido ocupándose en forma
activa de la propulsión a hidrógeno. Entretanto circula
la quinta generación de vehículos a hidrógeno,
desarrollada sobre la base del respectivo modelo de la Serie 7 de BMW.
Mientras el motor básico proviene de una producción en
serie, la propulsión por hidrógeno aún requiere
algunos ajustes en el sistema de combustible para procesar la mezcla.
Así es que se creó un sistema electrónico de
formación de la mezcla, que dosifica en proporciones exactas el
hidrógeno y el cambio de carga. En general, la combustión
se lleva a cabo con mezclas pobres. El exceso de aire, contenido en la
cámara de combustión, absorbe calor y reduce así la
temperatura de llama por debajo del límite crítico (aquel
sobre el cual la mezcla se torna inflamable). Al mismo tiempo, la baja
temperatura de combustión impide la formación de
óxidos de nitrógeno (NOx), que en los motores a nafta
deben ser neutralizados mediante catalizadores. Por lo tanto, dejando de
lado una mínima cantidad de vapor, los motores BMW a
hidrógeno prácticamente no generan emisiones de
ningún tipo, incluso cuando carecen de un tratamiento adicional
para las gases de escape. Cabe destacar que si bien este diseño
de motor no contaminante ti ene como consecuencia una merma de
potencia, la misma puede compensarse, por ejemplo, mediante una
adaptación de la cilindrada. Los motores desarrollados
exclusivamente para la propulsión a hidrógeno no ofrecen
esta alternativa de equilibrio y se diseñan con
características que por lo menos equivalen a las de los motores
Otto o Diesel.