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BMW 123d: El concepto EfficientDynamics alcanza una nueva dimensión.
Wed Jul 04 12:00:00 CEST 2007 Comunicado de prensa
El nuevo motor diésel de cuatro cilindros y doble turbo de presión variable establece una nueva referencia en cuanto al equilibrio entre placer de conducción y consumo. Potencia máxima 150 kW/204 CV, aceleración de 0 a 100 km/h: 6,9 segundos, consumo medio de combustible: 5,2 l/100km, nivel de emisiones de CO2: 138 g/km.
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Author.
Rosa Caniego
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El nuevo motor diésel de cuatro cilindros y doble turbo de presión variable
establece una nueva referencia en cuanto al equilibrio entre placer de
conducción y consumo. Potencia máxima 150 kW/204 CV, aceleración de 0 a 100
km/h: 6,9 segundos, consumo medio de combustible: 5,2 l/100km, nivel de
emisiones de CO2: 138 g/km.
Se estrena un nuevo motor BMW diésel de última generación: El BMW Serie 1
dispone ya de la tercera variante de una nueva generación de motores diésel de
cuatro cilindros que está siendo presentada a nivel mundial. El nuevo motor que
hay bajo el capó del BMW 123d puede presumir de unas prestaciones deportivas y
de un consumo de combustible sin rival en la categoría de coches de su
potencia. El nuevo motor tetracilíndrico de 2 litros proporciona una potencia
de 150 kW/204 CV y un par máximo de 400 Nm, que permiten a la versión de 3
puertas del BMW 123d acelerar de 0 a 100 km/h en solo 6,9 segundos (versión de
5 puertas: 7 segundos). El consumo medio de combustible, según el ciclo de
pruebas de la UE, es de 5,2 l/100 km en ambas versiones y el nivel de emisiones
de CO2 es de 138 g/km. El BMW 123d es el primer vehículo de producción en serie
con un propulsor convencional y más de 200 CV que ha logrado unas emisiones de
CO2 inferiores a 140 g/km.
La sobresaliente capacidad de BMW para desarrollar motores diésel es la base de
un equilibrio único entre dinamismo y consumo. El nuevo motor diésel de cuatro
cilindros cuenta con un bloque de cilindros de aluminio, doble turbo de presión
variable (Variable Twin Turbo, VTT) y con un sistema de inyección por conducto
común de tercera generación, que incluye inyectores piezoeléctricos para
inyectar combustible en los cilindros a una presión de 2.000 bar. Además se han
tomado medidas como la recuperación de la energía de frenado, para incrementar
la eficiencia de algunos componentes auxiliares del motor, y se ha incluido la
función Auto Start Stop. Ambas han contribuido a reducir aun más el consumo y
las emisiones. Gracias a este acopio de innovadora tecnología, el BMW 123d se
sitúa a la cabeza de su competitivo segmento no solo en términos de dinamismo
sino también en consumo.
El concepto EfficientDynamics en estado puro: los mejores resultados en
prestaciones y consumo.
La versión más potente de la nueva generación de motores diésel de cuatro
cilindros de BMW es un motor sobresaliente. Es el primer motor diésel del mundo
completamente hecho de aluminio que desarrolla una potencia específica de más
de 100 CV/l. Con un consumo medio de 5,2 l/100 km, el BMW 123d es el coche en
el que se materializan todos los objetivos que persigue la estrategia de
desarrollo EfficientDynamics de BMW. Este coche ofrece más placer de conducción
que cualquier otro coche diésel de su categoría y además tiene un consumo
todavía más bajo que el de muchos coches mucho menos potentes. El BMW 123d,
como el resto de modelos diésel de BMW, está equipado de serie con un filtro de
partículas, situado cerca del motor.
El primer motor diésel de cuatro cilindros con el sistema Variable Twin Turbo.
Al conducir el nuevo 123d destaca la inmediatez con la que responde su motor y
la impresionante entrega de potencia. El par máximo de este motor de cuatro
cilindros y 1.995 cc es de 400 Nm y se encuentra disponible a partir de las
2.000 rpm. La potencia máxima se alcanza cuando el motor gira a 4.400 rpm. El
tremendo empuje de este propulsor es único entre los motores de su categoría y
ha sido logrado gracias al empleo de un turbocompresor de funcionamiento en dos
etapas. Este sistema, que ha sido desarrollado por BMW y bautizado como
Variable Twin Turbo (VTT) fue utilizado por primera vez en el motor diésel de
seis cilindros en línea más potente de la Serie 5. Desde entonces y hasta
ahora, ese motor de 210 kW/286 CV ha sido empleado con éxito en distintas
series. El sistema de doble turbo de presión variable se aplica ahora por
primera vez a un motor diésel de cuatro cilindros.
Este sistema Variable Twin Turbo consta de dos turbocompresores: uno pequeño y
uno grande. Gracias a su menor momento de inercia, el turbocompresor pequeño
entra en funcionamiento en cuanto el régimen de giro del motor supera
ligeramente al de ralentí. Por otro lado, el turbocompresor grande proporciona
potencia adicional cuando se alcanzan velocidades de giro más altas. Gracias a
esta configuración se ha eliminado el retardo en la respuesta del motor a causa
del turbo. En cuanto se pone el pie sobre el acelerador, se puede percibir un
significativo aumento de potencia. Una válvula de control regula el caudal de
gases de escape que llega a cada turbocompresor. Una válvula de control
distribuye de forma variable el flujo de gases de escape entre los
turbocompresores. Una eficaz gestión electrónica, específicamente diseñada para
este sistema, asegura un control preciso sobre la transición de funcionamiento
de uno a otro y sobre la interacción de ambos turbocompresores. El sistema
coordina todos los elementos incluyendo las turbinas, la válvula de control, la
válvula de bypass y la válvula de descarga, de acuerdo con las condiciones de
funcionamiento del motor.
Bajo peso, una combustión eficiente, y un nivel de emisiones optimizado.
El BMW 123d es el tercer y más potente modelo diésel de la Serie 1 de BMW. Al
igual que los motores del BMW 120d y del BMW 118d, el motor del BMW 123d
pertenece a una nueva generación de motores diésel tetracilíndricos. El peso de
estos tres motores se ha reducido hasta en 17 kilogramos en comparación con los
motores diésel de la anterior generación. Esta mejora afecta positivamente al
consumo y a la agilidad del coche. Gracias al reducido peso de sus motores, los
nuevos modelos diésel de la Serie 1 de BMW gozan de un equilibrado reparto de
pesos entre ambos ejes.
La reducción de peso se debe principalmente a la utilización de un nuevo bloque
de cilindros de aluminio con los apoyos del cigüeñal hechos de fundición gris y
soldados al bloque térmicamente. El bloque de cilindros de aluminio es mucho
más ligero que el bloque de fundición gris que se empleaba anteriormente. La
culata y los conductos de admisión han sido completamente rediseñados para
optimizar la mezcla de aire y combustible y los niveles de emisiones.
La alimentación de estos nuevos motores diésel de cuatro cilindros se realiza
mediante un sistema de inyección por conducto común de tercera generación. El
BMW 123d dispone de inyectores piezoeléctricos que inyectan gasóleo en los
cilindros desde el conducto común, a una elevadísima presión. Por primera vez
se ha conseguido una presión de 2.000 bares, que garantiza una precisa
dosificación del combustible y una buena combustión. Como el combustible se
inyecta hasta en tres fases por ciclo, la llama se propaga de manera
relativamente uniforme y esto contribuye favorablemente al suave funcionamiento
de este motor diésel.
Más eficiencia aún gracias a la recuperación de la energía de frenado y a la
función Auto Start Stop.
Al diseñar los nuevos motores diésel, los ingenieros han prestado especial
atención a una serie de elementos muy importantes para alcanzar la máxima
eficacia. Las cámaras de combustión rediseñadas y la optimización de la mezcla
de aire y carburante, de la combustión y de la admisión contribuyen a reducir
el consumo y los niveles de emisiones. Además, en todos los nuevos motores
diésel de cuatro cilindros, los componentes auxiliares como la bomba del
líquido refrigerante, el alternador y el compresor del aire acondicionado están
situados en el mismo lado que la admisión. Como todos son accionados por la
misma correa, no se necesita nada más que un sistema de transmisión y se
reducen las pérdidas por fricción.
Además de todo esto, en el nuevo BMW 123d se han adoptado medidas en el entorno
del motor para reducir el consumo y las emisiones. Estas medidas son el
resultado de la estrategia de desarrollo a largo plazo conocida como BMW
EfficientDynamics. El BMW 123d cuenta con una gestión inteligente del
alternador para recuperar la energía de frenado, con la función Auto Start
Stop, con un indicador para el cambio de marcha y con una dirección asistida
eléctricamente.
El sistema de recuperación de la energía de frenado se encarga de que la
batería solo sea recargada en fases de retención y frenado, siempre y cuando la
carga de la misma se encuentre por encima de un mínimo establecido. En fases de
aceleración la carga de la batería se interrumpe. Esto significa que queda más
potencia disponible para disfrutar del característico placer de conducción de
BMW, a la vez que se reducen el consumo de combustible y las emisiones de CO2.
La idea que hay detrás de la gestión inteligente de energía se puede asemejar
al funcionamiento de los acumuladores de las centrales energéticas: la energía
que no se consume por las noches se almacena en acumuladores y por el día se
utiliza para abastecer los picos de demanda. Con el sistema de recuperación de
la energía de frenado del nuevo BMW 123d se identifican las fases de
funcionamiento en las que se puede aprovechar energía eficazmente para
almacenarla en la batería o para alimentar el sistema eléctrico de a bordo
cuando sea necesario.
La versión manual del BMW 123d dispone de la función Auto Start Stop, que logra
una mayor eficacia, sobre todo en el tráfico urbano. Este sistema apaga
automáticamente el motor cuando no es necesario. De esta forma, si el coche se
detiene en un semáforo, por ejemplo, el consumo de combustible se reduce a
cero. Cuando el conductor pone punto muerto y retira el pie del embrague, el
sistema desconecta el motor con suavidad. Al volver a pisar el embrague, el
motor se pone en marcha inmediatamente y sin que el conductor tenga que hacer
nada, gracias a que se mantiene la presión de carga.
Además de esto, un testigo indica el momento óptimo para cambiar de marcha y
lograr el mejor aprovechamiento posible del carburante. La gestión electrónica
del motor calcula el momento más favorable para subir una marcha y alcanzar el
consumo más bajo posible, según las condiciones de funcionamiento. El sistema
avisa al conductor con una flecha que se ilumina en el panel de instrumentos y
que indica la marcha más adecuada que se puede seleccionar.
Los componentes auxiliares trabajan económicamente y en función de las
necesidades.
Otras medidas destinadas a ahorrar combustible entran en funcionamiento
automáticamente. Por ejemplo, el BMW 123d está equipado con un control activo
de las rejillas de ventilación del radiador. Cuando no se necesita refrigerar
el motor, las rejillas se cierran y la aerodinámica mejora apreciablemente, lo
que redunda en una reducción del consumo. Además, algunos componentes
auxiliares solo funcionan cuando son necesarios y contribuyen de ese modo a un
mejor aprovechamiento del combustible. La Dirección Asistida Eléctricamente
(Electric Power Steering, EPS) solo consume energía cuando la dirección
requiere asistencia o si el conductor la desea. De esta forma, no se
desperdicia energía al conducir en línea recta o en curvas de radio constante
en las que no es necesario mover el volante.
La nueva bomba eléctrica de líquido refrigerante no depende del régimen de giro
del motor, sino de la temperatura, y solo entra en funcionamiento cuando es
necesario. Esto significa una nueva contribución a la eficiencia del motor. El
consumo de potencia de esta bomba es de unos 200 Vatios, aproximadamente una
décima parte de la potencia que consumen las bombas convencionales. Además, la
transmisión por correa al compresor del aire acondicionado dispone de un
embrague. Si el aire acondicionado se desconecta, el compresor se desacopla
automáticamente y la fuerza de resistencia por arrastre del mismo se reduce al
mínimo.
El BMW 123d: Una referencia en dinamismo y eficiencia.
Las numerosas innovaciones incorporadas al motor del BMW 123d son una prueba de
la sobresaliente capacidad de BMW para desarrollar motores diésel. Un vistazo a
los datos de prestaciones y consumo muestra hasta que punto puede llegar el
equilibrio entre placer de conducción y eficiencia. Por eso, con sus
sobresalientes características en ambos campos, el BMW 123d es un impresionante
ejemplo del éxito de la estrategia BMW EfficientDynamics. Siendo fiel al
principio de mejorar constantemente el dinamismo y el aprovechamiento de
combustible, BMW fabrica coches modernos en todos los sentidos. Coches capaces
de satisfacer las más altas exigencias y que presumen al mismo tiempo de un
consumo y un nivel de emisiones ejemplares.
Con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos (versión de 5 puertas: 7
segundos) y una velocidad máxima de 238 km/h en ambas versiones, el BMW 123d se
ha colocado a la cabeza de sus rivales. Además, los vehículos de la Serie 1 de
BMW son los únicos de su segmento con tracción trasera, lo que refuerza aún más
su deportividad única. Las ventajas de los motores diésel modernos nunca fueron
tan evidentes como lo son en el nuevo 123d.
Además de un impresionante par, hay otras cualidades que destacar: sobre todo
el potencial de la tecnología diésel en términos de economía. Los ingenieros de
motor han aprovechado a fondo este potencial para destacar la deportividad de
este tipo de propulsor. El resultado es un consumo medio de combustible de 5,2
l/100 km, según el ciclo de pruebas de la UE. Este dato pone de manifiesto el
gran progreso logrado en el desarrollo de motores si se compara con los datos
de generaciones anteriores. Antes, el motor más económico de la Serie 1 tenía
un consumo medio de combustible de 5,6 l/100 km. El nuevo 123d consume un 8 %
menos, y la potencia es, cuando menos, 60 kW mayor.
Este impresionante consumo va acompañado de unos niveles de emisiones
ejemplares. Con un nivel de emisiones de CO2 de138 g/km, el nuevo BMW 123d se
sitúa dentro de la Serie 1 como una de las variantes con menor nivel de
emisiones. Sólo es superado por el BMW 120d y por el BMW 118d, que tienen unos
niveles de emisiones de 128 g/km y 119 g/km, respectivamente.