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Desde la leyenda de los rallyes hasta el MINI Cooper S. El Mini ganó el rallye Monte Carlo hace 40 años.
Wed Feb 11 12:15:00 CET 2004 Carpeta de Prensa
Fue la sensación de la temporada invernal de rallyes de 1963/64: un David rojo y diminuto con techo blanco dejó atrás a todos los Goliat dotados de potentes propulsores y ocupó el primer puesto en la clasificación general del rallye Montecarlo. Así, un pequeño coche se transformó en una leyenda de la noche a la mañana.
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Contenido: 1. Introducción. 2. Rallye Monte Carlo de 1964: Cómo el Mini Cooper se transforma en una leyenda. 3. Un pequeño gran coche: El Mini y el rallye de Monte Carlo. 4. Un deportivo camuflado: El origen del Mini Cooper. 5. Los tres mosqueteros: Los exitosos pilotos del Mini Cooper. 6. El grande en el coche pequeño: Rauno Aaltonen sobre Mini y MINI. 7. El Mini en el deporte de competición automovilística: Las victorias y los podios más importantes. 8. El nuevo MINI: Un sucesor más que digno. 9. La forja de la potencia: John Cooper Works. 10. Mike Cooper sobre el MINI: «Hottest coolest car in town.» 11. Datos técnicos. Comparativa: Mini Cooper S 1964 ? MINI Cooper S 2004.
1. Introducción.
Fue la sensación de la temporada invernal de rallyes de 1963/64: un David rojo
y diminuto con techo blanco dejó atrás a todos los Goliat dotados de potentes
propulsores y ocupó el primer puesto en la clasificación general del rallye
Montecarlo. Así, un pequeño coche se transformó en una leyenda de
la noche a la mañana. Originalmente fue concebido como vehículo económico, con
bajo consumo de combustible, pero su versión Mini Cooper resultó
ser un brioso coche que con ese éxito se transformó en el coche deportivo del
ciudadano común y corriente. Siempre que participaba un Mini, ya sea en su
versión normal, Cooper o como coche preparado, la sorpresa era casi segura.
Conmocionó el mundo de los rallyes y también hizo de las suyas en
más de un circuito, desesperando a los pilotos de coches más potentes y
acostumbrados a ganar. La década de los años sesenta fue el decenio
del Mini, mucho más allá de las competiciones oficiales. Incluso cuando el Mini
empezó a perder la hegemonía en los circuitos cerrados, ningún otro coche de
venta en el mercado ofrecía más deportividad, permitía disfrutar más en tan
poco espacio y por tan poco dinero.
Transcurridos 40 años, nada ha cambiado. Lo que antes consiguió que el Mini
ganase en Monte Carlo, sigue siendo uno de los elementos fundamentales del MINI
Cooper: un coche de dimensiones muy compactas, de gran distancia entre ruedas y
ejes, capaz de tomar curvas a velocidades asombrosas.
Con un comportamiento de marcha que invita a una conducción deportiva.
El John Cooper Challenge, una copa de marca, atrae a una cantidad
cada vez mayor de pilotos aficionados, especialmente en Inglaterra, el país de
proveniencia del MINI. Y al igual que hace 40 años, numerosos jóvenes
pilotos de gran talento empiezan a acumular sus primeras experiencias en
carreras al mando de un MINI.
Y sobre todo, cualquiera que se sienta al volante de un MINI desearía
participar en el rallye Monte Carlo. Nadie lo dice más acertadamente que el
catedrático de los rallyes, Rauno Aaltonen: «Las dos generaciones del Mini se
diferencian del mismo modo de los demás coches. Son extremadamente manejables y
responden de inmediato a los giros del volante. Antes, el Mini era una pequeña
princesa, bella pero caprichosa. Ahora, esa princesa ha madurado y el nuevo
MINI se ha transformado en una reina.»